miércoles, 20 de agosto de 2008

Tipología y crítica

La visión filosófica y sociológica que requiere la arquitectura ha dejado de ser primordial y ha sido reemplazada por conceptos tecnológicos, de globalización, de modernidad, etc.

Sin embargo, es fundamental una vista de la ciudad en su historia, del contexto en el que se trabaja y del pasado como testimonio arquitectónico vivo: se debe conocer el inicio, el orden básico de la forma y la estética, que nos permite a los arquitectos ser permanentes.

Podemos hablar de los arquitectos Louis Khan y Aldo Rossi como claros ejemplos de quienes si consideraron importante la critica tipológica de la arquitectura. Ambos, al igual que el concepto de crítica tipológica, tuvieron influencia de la filosofía estructuralista de los años 60.

El estructuralismo del siglo XX

La era moderna en cuanto a filosofía se refiere, abarca los pensamientos y corrientes desde el racionalismo hasta el estructuralismo. El estructuralismo, último pensamiento moderno no fue exactamente una escuela, sino más bien un enfoque metodológico para las ciencias humanas, como la antropología cultural, la lingüística, la historia etc. Sin embargo, el método tiene derivaciones filosóficas de consideración.
Durante las décadas del cuarenta y el cincuenta, la escena filosófica francesa se caracterizó por el existencialismo, fundamentalmente a través de Sartre. Aparecen también la fenomenología, el retorno a Hegel y la filosofía de la ciencia, con Gastón Bachelard. Pero algo cambia en la década del sesenta cuando Sartre se orienta hacia el marxismo, surge una nueva moda, el estructuralismo. Claude Lévi Strauss inicia este nuevo movimiento en la etnología al que luego le seguirán Lacan, en el psicoanálisis, Luis Althusser en el estudio del marxismo y finalmente, Miguel Foucault. Cabe ser desatacado que Althusser y Foucault rechazaron la clasificación de su pensamiento dentro del estructuralismo, y en rigor, únicamente Lévi Strauss realizó una reflexión explícita sobre el estructuralismo como método. En cualquier caso, se trata de un alejamiento de perspectivas historicistas o subjetivistas bajo el intento de hallar una nueva orientación para la investigación.
La arquitectura estructuralista, aunque no exista una arquitectura definida así específicamente, sería la fina extracción del sentido filosófico estructuralista, proyectado en un contexto desubicado y desolado de posguerras, desesperanzado de que el historicismo o el racionalismo exagerados alcancen el nivel artístico humano que se había perdido. Éste movimiento que se da en contrapunto al vanguardismo moderno y su perdida de memoria logra nuevamente la aceptación de la importancia del pasado como verdad y base.

La crítica tipológica: las formas de la permanencia.

La critica tipológica o critica ideológica Es la interpretación trascendentalista que busca valores esenciales y permanentes, únicos e invariantes. Lleva a cabo sus indagaciones a partir de un amplio material existente e insiste en fenómenos de invariabilidad formal. Es un llamado a la arquitectura a que realice un estudio del trasfondo antropológico del lugar donde se aplique para no perder los valores que ese contexto cultural puede bridarle.

El concepto de la critica tipología, tanto como la obra de Aldo Rossi y la obra de Louis Khan se encuentran en un punto de equilibro entre el historicismo y el racionalismo.
Kahn puede ser comprendido sólo según estos términos: el tiempo en el que quiere introducir su arquitectura, el cual es infinito, y la forma a la que quiere corresponder, la cual es múltiple. Su perfección se debe a su simpleza y a la vez a su versatilidad.

Louis Kahn quien se refería a él mismo como un filósofo entre arquitectos era un judío-eslavo nacido en la isla estonesa de Saaremaa (aldea de Kuresaare), bajo el imperio del zar de Rusia, en 1901. Su verdadero nombre fue Itze-Leib Schmuilowski, fue cambiado cuando su familia emigró a los Estados Unidos para evitar que el padre fuera llamado a la guerra ruso-japonesa de principios de siglo.
En 1924 obtuvo el título de arquitecto por la universidad de Pennsylvania y dedicó los veinte años posteriores a colaborar con otros colegas en diversas obras, sobre todo de carácter residencial.
Quizás no, la obra más importante de Kahn, pero si con la cual quedó más satisfecho sea el Instituto Salk de Estudios Biológicos, construido desde 1959 hasta 1965 en la costa de La Joya, al suroeste de California.



En el caso del Salk Institute, creo que está el claro ejemplo de la intención de Kahn de conseguir permanencia, ostentación e incluso poder. Casi como un templo, el instituto mira al mar buscando la meditación y una reflexión de la obra del hombre sobre la naturaleza. Una continuidad entre el mar y el cielo se encuentra al final del recorrido del patio central. Personalmente encuentro un profundo espiritualismo en esta idea del patio al centro de los pabellones y divido por un canal de agua que a la vista parece descender sobre el mar. Por lo que considero responde a una institución arquetípica: la del culto, a la salud, a la vida, lo cual seguramente proyecto Jonas Salk desde un principio cuando escogió a Kahn para diseñar sus laboratorios.
En las obras de Kahn existe una presencia importantísima del agua. Ésta posee un inicio casi imperceptible y un final en el que se expande y todo el edificio se baña de agua. Tiene un recorrido, un orden, continúa la proyección de las líneas de muros y pisos casi desapareciendo en la transparencia y en lo líquido, como si arquitectura solida, maciza y monumental se volviera agua.
En el Salk Institute el recorrido del agua ayuda a romper con la dureza de la plaza. Este recorrido parte en una fuente de mármol travertino, y cruza la plaza por una pequeña canaleta, para decantar en una piscina, a un nivel un poco más bajo. Esta piscina rebalsa a una gárgola de mármol, y cae en un drenaje entre cuatro cubos de mármol igualmente.



El patio es quizás, lo principal del proyecto, en cuanto a estética, materialidad, composición, relación con el entorno y técnica. En un momento Louis Kahn pensó en ponerle árboles, pero Luis Barragán (con quien acostumbraba intercambiar cartas) le aconsejo “yo no pondría ni un árbol ni una franja de pasto. Esta debería ser una plaza de piedra, no un jardín. Si haces esta plaza, ganarás una fachada - una fachada hacia el cielo“. Y le envió un sketch. Una plaza que se pierde en el horizonte, entre el cielo y el mar.


La vida alterada y nómada de Louis Kahn permitió que conociera tantos lugares y tantas culturas como para que lograra identificar un común denominador arquitectónico: en el lugar que sea, la edificación debe ser monumental y de forma imponente, que coexista con cualquier variación urbana, cambios, o modernizaciones, sin ser afectada, formas que no sean opacadas por nuevas arquitecturas ni reemplazadas luego. La arquitectura universal debía ser permanente y no perderse en el transcurso y movimiento de la vida casi autónoma del mundo.
Esta idea se relaciona estrechamente con sus experiencias y acercamientos a las culturas milenarias del hinduismo, el judaísmo, y lo clásico, con sus profundizaciones religiosas y filosóficas sus anhelos de eternidad inalcanzable materialmente.




En concepto de Aldo Rossi la crítica tipológica es la tipología arquitectónica que debe entenderse en función de la morfología urbana. Para Rossi la justificación del edificio depende de unas leyes universales y permanentes.

La arquitectura de Rossi podría entenderse como arquitectura evasiva deliberadamente nostálgica que olvida el marco de lo real, incluso en niveles tan comprometidos y evidentes como es el tecnológico , que y como es bien sabido llega a constituir para algunos la ultima razón de ser de la disciplina; así cabe interpretar su elementalidad constructiva, su agresivo y polémico diseño que subrayando los espacios primarios esta rayando el mundo expresivo, ingenuo y evidente a un tiempo, de los niños.[1]

Aldo Rossi obtuvo sus ideales arquitectónicos de la ciudad a partir de una visión utópica y estética de sus propios medios y contextos, idealizó a mi parecer su propia sobrevivencia, mitificando la ciudad europea, italiana más precisamente como valida en la descendencia de la obra arquitectónica, Para él, la ciudad debía ser quien cuente la historia y no al revés. Este pensamiento poético y romántico llevo a Rossi a ejercer decididamente un trabajo arquitectónico limpio, preciso, con fundamento y esclareciendo todo cuestionamiento futuro.

Rossi nació en Milán, en 1932, la entreguerra marcó su infancia. Estudió arquitectura en la Escuela Politécnica de Milán, donde se graduó en 1959.
En 1971 Rossi sufrió un accidente automovilístico que cambió su vida, y lo hizo pensar en la muerte. La idea de que los cementerios, lugares para los muertos, también requieren una planificación y un dedicado diseño, lo llevó a participar en el concurso –que ganó- para el cementerio de San Cataldo en Módena.


La construcción del Cementerio de San Cataldo en Modena, Italia, se llevó a cabo desde 1971 hasta 1984, con la colaboración de Gianni Braghieri.

Se trata de la ampliación del antiguo cementerio de Modena, concebido como una idea analógica, con las imágenes colectivas de “la casa de los muertos”, filtrada a través de la memoria personal del arquitecto, pero a la vez es un espacio público y se rige por los cánones de los mismos.
En el centro un cubo para los osarios que se extiende en altura pero que en el lote se restringe en área, y a lo racional, este cubo se asemeja a una vivienda, pero la vivienda de los muertos, tiene ventanas, una articulación rítmica de huecos en la pared, su terminación parece inconclusa, una casa sin techo, a semejanza de una casa abandonada, según Rossi decía, una casa donde las mujeres han muerto.


El color utilizado busca que se identifique claramente en el entorno, pero que a la vez en contraposición a la idea de muerte, es un color vivo.


Lo había escrito Giorgio de Chirico en 1920: "el clasicismo no consiste en asociación, sino en limpieza y en poda: reducir el fenómeno... al símbolo de su inexplicable existencia". Una idea que, fundamentalista y esencialista, habría podido afirmar el propio Rossi.
El Cementerio concentró buena parte de las preocupaciones de Aldo Rossi, desde la recuperación de una especificidad disciplinar de la arquitectura, tan próxima a aquella observación de K. Kraus, escrita en 1914, en la que afirmaba: "el que tenga algo que decir, que dé un paso adelante y se calle, al silencio compositivo y lingüístico de esa ciudad de los muertos, verdadera ciudad análoga, que es el cementerio".


Aldo Rossi considera que al proyectar el edificio, no debemos pensar en la función, de eso se encargarán los trabajadores: electricistas, plomeros, carpinteros, etc. Porque un artesano es capaz de adaptar un edificio, la arquitectura más bien se refiere a la esencia, y no a la función del proyecto. De este modo no se cambia la forma, ni la idea Esta obra es sin duda un homenaje a la esencia del lugar, la ciudad, a lo que empieza y termina infinitamente. Es el ambiente, la sensación, el significado, que es mucho más que el símbolo. La arquitectura común es símbolo, la arquitectura que es critica, es significado.
Para Rossi el tipo se va constituyendo según la necesidad y según la inspiración de belleza, varía en sociedades diferentes y va de acuerdo a la forma y al modo de vida. Entonces esto corrobora la base de la idea del tipo ideal de Rossi, ser una nueva arquitectura única, con base clara, razón, fundamento e identidad. El cementerio de San Cataldo constituye el tipo, no el modelo.
Lo importante y trascendente del trabajo de Rossi es la correlación entre ciudad y edificio que mantuvo casi metódicamente a lo largo de su carrera. En el cementerio de San Cataldo esta precisión de objeto y lugar se esclarece con el significado de la obra arquitectónica: un lugar para los muertos entre los vivos.
Es así como obras arquitectónicas como el instituto Salk de estudios biológicos y el cementerio de San cataldo constituyen tipos ideales rescatados de las formas bases de toda arquitectura, y entendidos en un lenguaje universal y eterno. El color, la forma, las dimensiones de una arquitectura que fue y será siempre en cualquier contexto, sin pertenecer ni ser ajena, simplemente ser, única e invariable.

Bibliografía


BONIFANTE, DALCO, EISENMAN, FERLENGA, LA HUERTA, LIBESKIND, MONEO, NARPOZZI, PORTOGUESI, SAVI, VITALE. Aldo Rossi. Ediciones Del Serbal Guitard, 45-08014 Barcelona 1992

DE FUSCO, Renato, Historia de la arquitectura contemporánea. H.Blume ediciones, Rosario, 17 Madrid

FERNANDEZ, Roberto. Lógicas proyectuales.

HAJE, Gerd. Diccionario ilustrado de la arquitectura contemporánea. Edición Revolucionaria, La Habana, 1966.

KAHN, Louis. Amo los inicios, ensayo.

MONTANER, Josep María. Las formas del siglo XX. Barcelona. Editorial Gustavo Gili. 2002

MONTANER, Josep María. La modernidad superada. Barcelona. Editorial Gustavo Gili 1997

MONTANER, Josep María. Critica. Editorial Gustavo Gili, SA, Barcelona 1999

ROSSI, Aldo. La arquitectura de la ciudad. Traducido por José María Ferrer-Ferrer, Salvador Tarragó Cid. Barcelona Editorial Gustavo Gili N 6 edición 1982

ROSSI, Aldo. Obras y Proyectos, ensayos por Vincent Scully y Rafael Moneo
Editorial Gustavo Gili, S.A. Barcelona 1986

TAFURI, Mamfredo. Teorías e historia de la arquitectura. Barcelona Editorial Laterza. 1972

WAISMAN, Marina. El interior de la Historia. Bogotá (Colombia). Ediciones Escala. 1991

WISEMAN, Carter. Shaping a Nation. Twentieth-century American Architecture and his makers. W.W Norton and company, Inc. 1998






[1] Moneo Rafael, Aldo Rossi. Pág. 54

No hay comentarios: